"... los peligros se afrontan en el momento en que se presentan. Augurarlos no hace mas que empeorar la situación: el temor aumenta, la amenaza los agiganta a causa de nuestra imaginación. En cambio, cuando uno se presenta de improviso frente al peligro, nuestra mente moviliza en unos instantes todos sus recursos, nuestro cuerpo se ve invadido por un poderoso flujo de energía, los látidos del corazón aumentan, los músculos se expanden y se endurecen, el enemigo se convierte en un blanco a batir, a hacer pedazos, a aniquilar..."
Aurelio a Rómulo en La última legión.
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