La nobleza del periodismo
Las vicisitudes del periodismo en Mexicali, a diferencia del periodismo en el extranjero o nacional, tienen características sui generis, que, dependiendo del cristal conque se miren, pueden ser éticamente correctas o incorrectas, es decir, yo como digo una cosa digo otra.
El pasado 8 de septiembre se conmemoró el Día Internacional del Periodista, en honor del periodista checoslovaco Julius Fucik, quien murió fusilado durante la Segunda Guerra Mundial. Desde entonces y a la fecha, el trabajo del periodismo ha cambiado en varios sentidos, en algunos para mal.
Lo que no se puede negar son las bondades que el periodismo, en su vestimenta de herramienta social, tiene. Como lo son poner en jaque a autoridades cuando se les descubren casos de corrupción, decisiones arbitrarias e incluso la exposición de conductas impropias o arbitrariedades derivadas en la administración de sus cargos.
Desde que pisé una sala de redacción por primera vez, hace ya más de 2 años, me fijé una meta clara: romper con el paradigma, a manera personal, de la letanía, el conformismo y la mediocridad que leía en los periódicos locales y se veía en medios electrónicos.
El pasado 8 de septiembre no pude haber estado más satisfecho que sabiendo los efectos de las publicaciones sobre un tema que debería interesar a la ciudadanía en general: las pésimas decisiones del XX Ayuntamiento sobre la operación del Helicóptero de la Policía Municipal, el Centinela Uno.
Afortunadamente, tras la publicación, algunos otros medios hicieron eco de la información y pusieron a debate público si la aeronave vuelve a volar o no. También aceleraron las "negociaciones" de los distintos órdenes de gobierno para la obtención de recursos y poner al corriente los permisos, revisiones, capacitaciones y demás gastos que se prevén para la operación del Colibrí.
En los siguientes días, el futuro de la aeronave se decidirá y sobre el alcalde de Mexicali recae la responsabilidad si la nave vuelve a integrarse a las labores policíacas de la ciudad, o pasa a manos de particulares...
El pasado 8 de septiembre se conmemoró el Día Internacional del Periodista, en honor del periodista checoslovaco Julius Fucik, quien murió fusilado durante la Segunda Guerra Mundial. Desde entonces y a la fecha, el trabajo del periodismo ha cambiado en varios sentidos, en algunos para mal.
Lo que no se puede negar son las bondades que el periodismo, en su vestimenta de herramienta social, tiene. Como lo son poner en jaque a autoridades cuando se les descubren casos de corrupción, decisiones arbitrarias e incluso la exposición de conductas impropias o arbitrariedades derivadas en la administración de sus cargos.
Desde que pisé una sala de redacción por primera vez, hace ya más de 2 años, me fijé una meta clara: romper con el paradigma, a manera personal, de la letanía, el conformismo y la mediocridad que leía en los periódicos locales y se veía en medios electrónicos.
El pasado 8 de septiembre no pude haber estado más satisfecho que sabiendo los efectos de las publicaciones sobre un tema que debería interesar a la ciudadanía en general: las pésimas decisiones del XX Ayuntamiento sobre la operación del Helicóptero de la Policía Municipal, el Centinela Uno.
Afortunadamente, tras la publicación, algunos otros medios hicieron eco de la información y pusieron a debate público si la aeronave vuelve a volar o no. También aceleraron las "negociaciones" de los distintos órdenes de gobierno para la obtención de recursos y poner al corriente los permisos, revisiones, capacitaciones y demás gastos que se prevén para la operación del Colibrí.
En los siguientes días, el futuro de la aeronave se decidirá y sobre el alcalde de Mexicali recae la responsabilidad si la nave vuelve a integrarse a las labores policíacas de la ciudad, o pasa a manos de particulares...
Comentarios
Saludos desde el infierno en la tierra
2. La historia del Centinela 1 está llena de mustia simulación de los funcionarios. Ahí están las pruebas muchas de ellas expuestas en tu excelente reportaje.
3. El periodismo no es capricho ni presuncion, es una vocacion que se vive. Por ello felicidades No pierdas esa esencia nunca.