Veintiuno // Año 10
Qué difícil se me hace pensar que ya pasaron 10 años.
Hola, Camilo.
Busqué en las cartas anteriores solamente para confirmar si esta sería la última de este tipo que te escribiría, pero me di cuenta que la promesa era hasta que cumplieras los 13 años. La duda surgió al pensar que a tu edad estás lo suficientemente despierto, lúcido y consciente de ti, de nosotros y de casi todo tu entorno.
Eres un niño muy inteligente, comprehensivo, despierto y también huraño. Supongo que algunas cualidades se heredan, otras se aprenden y unas más ya vienen sorteados con el paquete.
Vamos por el tercer año de la pandemia y no puedo dejar de preocuparme por el impacto que a un niño le pueda dejar. Has sido bastante maduro con la situación, nuestra situación en general y la manera en que hay que cuidar a los demás.
En un abrir y cerrar de ojos has crecido (no tanto como esperábamos, físicamente), pues me parece que fue ayer cuando todavía cabías recostado en mis brazos. Siempre cabras en ellos, en un abrazo o en la ayuda que necesites.
Sé que la vida te aguarda muchas sorpresas y recompensas, siempre y cuando obres con bien con los que te rodean y los que confían en ti. Has aprendido a vivir y tienes un gran corazón al que debes aprender a dejar entrar a más personas, porque un día no podré estar físicamente a tu lado.
Te ama siempre,
Tu papá.
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