Nueve / Año Tres

Hoy no sé cómo empezar. Las últimas semanas han sido largas y pesadas. Agotadoras en muchos sentidos.

Cínicamente diría que me reconforta saber que tu actitud tan desapegada a las cosas facilitó que este año no hubiera fiesta de tu cumpleaños.

Esta vez fallé y no pude escribirte esta carta en tu cumpleaños, sino dos días después, sobre todo por falta de tiempo.

Qué te puedo decir. Has sido un niño hermoso y muy berrinchudo. Has entrado ya a la escuela y contrario a lo que pensamos, no sufriste en ese primer día y eso me gustó.

Cada vez te portas mejor, convives con más niños y te veo más feliz. Esa pequeña sonrisa que infla el corazón.

Puedes saber que en este año, solo por centímetros tu hermano es más alto que tú, casí nada, a pesar de que se llevan 1 año y 8 meses de diferencia.

Creo que también debes saber que el piso parece de tus mejores amigos, en las buenas y en las malas. Ya sea porque juegas completamente tendido en él, o porque en algún tropezón te hace sangrar el labio.

Me siento muy orgulloso de ustedes dos, no tienes idea.

Espero tener la sabiduría y la vida suficiente para guiarlos en este mundo, sin odios, sin discriminaciones, sin prejuicios, sin ataduras.

Estos tiempos no son fáciles, no sé cómo sean en los que les toque crecer, ser adolescentes, pero espero que tengan el carácter para enfrentarlo.

A petición de tu mamá, solo te quiero recordar, cuando leas esto, que tu rutina de ir a defecar es irregular, pero hoy, un par de horas antes de escribir esto, lo hiciste y tu mami quiere recordar lo feliz que eso le hizo.

Te amo, eres una parte importante de mí, siempre lo serás.

Pero bueno, te preguntarás porqué no hubo fiesta, porqué no hubo tiempo de escribirte o porque los días corren más densos que otros esta vez. Tu abuelo, mi papá, se puso grave.

Un evento vascular cerebral (búscale en el diccionario) lo dejó inmóvil de su pierna y brazo derecho y tampoco puede hablar. No sabemos aún cuánto tiempo estará así, pero la situación nos llevó a sacrificar algunas cosas. Incluso mi cumpleaños lo pasé en el Hospital.

Ya tendremos tiempo de compensar todo y ver cómo el abuelo se levanta por su propio pie, como gana este episodio a la vida, que le ha puesto una prueba en el camino. Y no es de las sencillas.

Miles de abrazos, Matías.

Te ama con todo el corazón, tu papá.



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