Veintiuno/Año Tres
Hola Camilo.
Esta vez tengo un poco de tiempo antes de que acabe el día. Te acabas de ir a dormir, tu hermano un poco antes. Cumplo, por tercer año, lo que me prometí. Te escribo otra carta más, como lo hice y lo haré cada cumpleaños tuyo.
Estos últimos días se nos han ido en preparar tu fiesta que será el 31 de enero. Mi trabajo, los pendientes de la casa, y uno que otro problemita que sale de imprevisto en los últimos días.
Obviamente, espero que leas esta carta, si no cuando aprendas a leer, que sea cuando aprendas a comprender, que no solo leas mecánicamente, sino que sepas bien sobre los mensajes que quiero dejarte.
Lo más seguro es que cuando lo leas yo siga contigo, tal vez vivamos en la misma casa, te siga regañando de vez en cuando. Has sido muy grosero con tu hermano, pero probablemente se deban a celos naturales de hermanos.
En fin, quiero llegar al punto. Hijo, no sabes cuánta alegría me da ver esa sonrisa tuya cada mañana. Que con tu carita hinchada me digas sonriente un "buenos días", y que cuando te pregunte cómo dormiste, me respondas "iee".
Que brinques, que bailes, que grites, que cantes, todo lo veo encantador por igual. Espero con todo el corazón que esa alegría que tienes y que tu carita transmite, la lleves contigo a donde quiera que vayas, y se la ofrezcas a quien creas que la merece.
Este último año las cosas se congelaron un poco en casa. Surgieron gastos imprevistos, algunas complicaciones, obstáculos, nada que no podamos sobrellevar. Tu mamá y yo nos seguimos amando cada día más.
Ambos te amamos y procuramos hacer de ti una persona de bien. No podemos darte una vida de lujos, pero créeme que todo lo que te hemos dado ha sido con todo el corazón.
¿Sabes? Vivimos tiempos confusos. Probablemente, cuando puedas leer esto, te darás cuenta que 2015 se escribió en algún libro de historia. Apenas empezando el año, dos hombres pudieron casarse. Es la primera boda de ese tipo en este conservador estado.
Lo más seguro es que en un futuro esto sea algo más común. Días después de esta boda, es que te escribo estas líneas. Supongo que en ese futuro, muchas personas habrán abierto los ojos y habrán aprendido a separar sus creencias religiosas de un estado laico.
Han ocurrido cosas buenas desde tu último cumpleaños. Al menos he tenido algunas satisfacciones personales, en el trabajo y con la familia. A pesar de haber aprendido a ser feliz hace ya varios años, uno se da cuenta que diariamente se encuentran satisfacciones en las pequeñas cosas.
Me pesa mucho, en ocasiones, llegar a casa de trabajar y verlos dormidos. Créeme, nunca les ha faltado un beso de buenas noches, a ti y a tu hermano. Pretendo este año dedicarme más a ustedes. Crecen muy rápido y no quiero perderme estos momentos.
Te amo, Camilo. Espero que duermas bien y que el día de tu fiesta, te diviertas tanto que puedas recordarla aún cuando sigas leyendo estas líneas.
Con el corazón, tu papá...
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