6 años
¿Te acuerdas de ese día? ¿de esa noche? ¿Cuándo lloraste por una mala broma mía? ¿Cuándo te dije que deberíamos de dejar de ser amigos?
Habíamos salido tarde de la escuela y en el Pontiac de mi hermano te llevé a tu casa. Como siempre, nos quedamos afuera, porque a tu papá no le gustaba el cuchicheo de las pláticas nuestras.
Antes ya me habías dicho que querías saber qué iba a pasar con nosotros. La verdad, no fue fácil decidir lo que pasaría, porque tenía miedo de perder tu amistad si ésto no funcionaba.
Tal vez esa broma que te hice fue de mal gusto, pero creo que fue para ponerme esa máscara que disimula la seriedad. Poco antes de despedirnos te dije que deberíamos de dejar de ser amigos.
Rápido intentaste salir del carro, dijiste adiós con los ojos llorosos, pero te detuve del brazo. Me sentí culpable por reírme un poco, pero con toda seriedad seguí. "Deberíamos dejar de ser amigos, para ser novios".
Como por dos segundos tu cara reflejaba confusión. Dejaste de llorar y luego nos abrazamos. Luego entraste en las penumbras de tu casa y ahí se formalizó, por así decirlo, lo nuestro.
Hace ya 6 años exactos que ocurrió eso y no me arrepiento de haber tomado esa decisión. Hemos pasado tantas cosas que no hubiera pensado que pasarían.
A veces he llegado a pensar si en verdad te merezco. Sé de mis defectos y que no soy la mejor persona del mundo, y en realidad valoro que a pesar de eso, sigas a mi lado.
Por tí, por Camilo y por Matías es que trató de hacer lo mejor todos los días, desde que me despierto hasta que puedo besarlos para darles el buenas noches.
Eres la mejor mujer con la que pudiera estar. Estoy consciente que tu vída o la mía pudieran tomar caminos distintos en algún momento, pero para serte sincero, no tengo ningún plan en mente y a futuro que no te incluya a tí o a mis bebés.
Está de más decirte que te amo. Que eres camino y destino, porque si no ando a tu lado, ando para llegar a tí.
Si tengo la gracia de morir durmiendo, dentro de muchos años, espero que tu rostro sea lo último que vea antes de cerrar los ojos, que tus labios sea lo último que sienta.
Ya son seis años, pero en realidad espero que sea toda la vida la que me acompañes.
Tu amigo, tu compañero, tu amante. Saúl.
Habíamos salido tarde de la escuela y en el Pontiac de mi hermano te llevé a tu casa. Como siempre, nos quedamos afuera, porque a tu papá no le gustaba el cuchicheo de las pláticas nuestras.
Antes ya me habías dicho que querías saber qué iba a pasar con nosotros. La verdad, no fue fácil decidir lo que pasaría, porque tenía miedo de perder tu amistad si ésto no funcionaba.
Tal vez esa broma que te hice fue de mal gusto, pero creo que fue para ponerme esa máscara que disimula la seriedad. Poco antes de despedirnos te dije que deberíamos de dejar de ser amigos.
Rápido intentaste salir del carro, dijiste adiós con los ojos llorosos, pero te detuve del brazo. Me sentí culpable por reírme un poco, pero con toda seriedad seguí. "Deberíamos dejar de ser amigos, para ser novios".
Como por dos segundos tu cara reflejaba confusión. Dejaste de llorar y luego nos abrazamos. Luego entraste en las penumbras de tu casa y ahí se formalizó, por así decirlo, lo nuestro.
Hace ya 6 años exactos que ocurrió eso y no me arrepiento de haber tomado esa decisión. Hemos pasado tantas cosas que no hubiera pensado que pasarían.
A veces he llegado a pensar si en verdad te merezco. Sé de mis defectos y que no soy la mejor persona del mundo, y en realidad valoro que a pesar de eso, sigas a mi lado.
Por tí, por Camilo y por Matías es que trató de hacer lo mejor todos los días, desde que me despierto hasta que puedo besarlos para darles el buenas noches.
Eres la mejor mujer con la que pudiera estar. Estoy consciente que tu vída o la mía pudieran tomar caminos distintos en algún momento, pero para serte sincero, no tengo ningún plan en mente y a futuro que no te incluya a tí o a mis bebés.
Está de más decirte que te amo. Que eres camino y destino, porque si no ando a tu lado, ando para llegar a tí.
Si tengo la gracia de morir durmiendo, dentro de muchos años, espero que tu rostro sea lo último que vea antes de cerrar los ojos, que tus labios sea lo último que sienta.
Ya son seis años, pero en realidad espero que sea toda la vida la que me acompañes.
Tu amigo, tu compañero, tu amante. Saúl.
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