Cuando es de madrugada no se me ocurren títulos listos

Con las últimas fuerzas de la jornada de hoy me pongo a escribir lo siguiente. Cualquier mortal diría que después de todo lo de los últimos diez días, lo más sensato sería dormir cada que se pueda. En mi caso, a veces escribir se vuelve algo necesario.

Me gusta este espacio, porque además de ser más íntimo, no me genera una dinámica que me obligue a estarlo revisando o interactuando con otras personas; solo lo uso para la eventual catarsis, en el caso de hoy, estrictamente necesaria.

Más en estos días en que Claudia se encuentra internada en un hospital, luego de una cesárea que provocó una posterior cirugía mayor. Mientras tanto, me encargo enteramente de dos pequeños, de una casa, pronto del trabajo y de los pormenores del internamiento de Claudia, desde el pasado lunes.

Cierta vez, una maestra que aprecio mucho y que tuve la fortuna de conocer en la primaria, nos dijo que por los hijos uno hace cosas que en nuestros cabales seríamos capaces de hacer. En una menor escala, estos días se han convertido en una de esas pruebas que la vida le pone a uno. Se necesita "algo más" para poder manejar todo esto sin caer en crisis.

De un tiempo para acá aprendí a verle el lado amable a las cosas, a proponer en vez de quejarme y a no desgastarme en cosas sin propósito útil. Lo que rescato de todo lo de estos días es a valorar mi relación con ciertas personas. Ya lo dice el viejo y conocido refrán: En el hospital y en la cárcel se conoce a los verdaderos amigos.

A estas horas, Matías está a punto de despertarse para comer.

Pd. Miré hace unos días y por desgracía uno de esos programas de espectáculos, me sorprendió que de repente se encontraban hablando de las afectaciones de las tormentas en el sur del país, y de inmediato las relacionaron con el conflicto de la CNTE y el Gobierno Federal por la Reforma Educativa. Fueron enfáticos en manipular sus comentarios para que, tras la tragedia, no se involucrara el gobierno federal  con la misma. Pero eso sí, fueron igualmente enfáticos en hablar y editorializar en el tema de la CNTE-AMLO con total desconocimiento de causa. "Periodismo" de vergüenza. Más que sentir pena por los comunicadores, sentí más pena al saber que sus seguidores adoptan esas ideas tan ciegamente, con fervor católico.

Cambio y fuera.

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