Lo que un dedo frio no puede expresar
ni en un color concreto
el color de este poema
el sonido de sus letras
ni las imágenes que genera en la bóveda.
Son usados, bastante,
azul, luz, oscuridad,
algo de comer para sobrevivir
o al menos para pasar el dia.
Este plástico de la silla
resulta más cómodo
que la impaciencia e inquietud
de saberme donde estas, de darme cuenta
como tu periferia presiona mi torso
como las máscaras y las minifaldas
perturban la madurez
una madurez de la que se jactaban algunos
privilegiados de clase media.
ahora le digo adios a la nada...
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